En la España marcadamente islamizada de la Edad Media, los judíos españoles disfrutaron de una tolerancia excepcional y se arraigaron profundamente en el suelo ibérico. Consumada la Reconquista, los Reyes Católicos emprendieron la cristianización total de su reino, expulsaron a los judíos e introdujeron la Inquisición para borrar hasta el recuerdo del nombre del judío.

El autor centra su atención por un lado, en el desarrollo, a partir del Renacimiento, de un antisemitismo, que no es teológico, como en otras partes de Europa, sino racial-es decir que no engloba al judío converso y a su descendencia-. De ahí deriva la obsesión de la «limpieza de la sangre «, que ha contribuido modelar la fisonomía de la España contemporánea. Por un lado, en la persistencia, en España, y fuera de ella, de un judaísmo secreto, que lleva a la formación de la diáspora marrana que desempeñara un papel cultural y económico de primer orden en la formación del mundo moderno.

Cubierta rozada