GILGUL
György Sági
Páginas: 202
Año: 2021
Después de la muerte de mi madre en el fondo de su ropero, en un bolso escondido entre sus tesoros olvidados descubrí unas fotos amarillentas de un hombre joven desconocido. De unos veinte años. Guapo, cara inteligente, pero sobre todo expresa seguridad de si mismo. Lleva chaqueta deportiva y tiene una cámara fotográfica en el cuello. En el reverso de las fotos, texto ilegible, tachado por mi madre que leo con la yema de mis dedos: nunca lo va a olvidar. Eso es todo. No sé nada más de ellos dos.
Y un nombre: György Weisz.
Encontré también una tarjeta postal escrita para la señorita Lilly Stern el 26 de octubre de 1943 desde Turiaremete, en los Pies de los Cárpatos donde sin armas, cumplía servicio a la patria. Mi madre tenía veinte años recién cumplidos cuando recibió la postal en que el remitente la asegura que la ama mucho.
Una foto de boda en el álbum fotográfico de la familia. La hermana más joven de mi madre en el momento de «sí, quiero». Seis meses antes de la tarjeta enviada desde Turiaremete. Las fotos amarillentas ayudan en identificar que el hombre detrás de mi padre es György Weisz. Le saca a una cabeza a mi padre. Su negro sombrero bohemio con alas anchas parece aplastar el sombrero de piel gris de mi padre. A su lado, mi madre. Al lado de mi padre está su amada, amiga de mi madre. Ellos cuatro, para la eternidad. Al cabo de dos años György Weisz, la amada de mi padre y la hermana más joven de mi madre estarán muertos. Sólo viven mi padre y mi madre. Mi padre sin su amiga y mi madre con todos que pasen por allí. Uno que no quiere compensar y la otra capaz de todo para encontrar compensación. Los busco. Busco a György Weisz. Igual podría ser mi padre, ya que le debo mi nombre. No es que me lo diera él, es por mediación de mi madre. Se quedó con el nombre, lo guardaba y cuando llegó el momento, me lo transmitió. Como si yo tuviera derecho de tenerlo.
Busco a György Weisz y sobre todo busco a mi madre. Ya es tarde hacerlo. Ya soy el único que puede contar la historia de ellos.
Si ya he aceptado el nombre.