EL HIJO DEL TRAPERO
Kirk Douglas.
Año 2021
Páginas 415
Cuando los grandes estudios quisieron domesticar a Kirk Douglas, no sabían a quién se enfrentaban. Él se las ingenió para producir sus propias películas. Quienes le conocían no se sorprendieron: Kirk Douglas, nacido Issur Herschelevitch Danielovitch en 1918, había pasado ya por todas las guerras. Sus padres eran rusos emigrantes, procedentes de la pobreza y de los pogroms: el padre se convirtió en trapero para sustentar a la familia y él mismo lió hatos de trapo en más de una ocasión. Esta fue la infancia de quien tal vez sea el último de los grandes. Su vitalidad y su tremenda fortaleza han hecho de él un ser emblemático dentro del mundo del cine: Kirk Douglas es hoy el símbolo del gran sueño norteamericano, el chico pobre convertido en rey del mundo por su propio esfuerzo. La cadena de éxitos se empezó a fraguar con The Strange Love of Martha Ivers en 1946. Durante un tiempo combinó el cine con el teatro, hasta que Campeón (1949) le consagró como estrella del celuloide. El éxito de esta producción fue el inicio de una brillante carrera, marcada por una imponente presencia física (se le recuerda especialmente como intérprete de personajes intensos, enérgicos, descontrolados y, con cierta frecuencia, auténticos tipos infames) y por la inusitada capacidad que en todo momento demostró el actor a la hora de adaptarse a directores tan dispares como Stanley Kubrick, Vicente Minnelli, Billy Wilder, Joseph L. Mankiewicz, John Huston o Elia Kazan.
Cada uno de esos pasos tienen en “En hijo del trapero” un reflejo puntual, a veces tierno, otras abrumador, pero siempre sincero. En estas memorias, muy bien escritas, Douglas repasa su muy azarosa vida desde sus humildes orígenes neoyorquinos hasta la plenitud de su brillante carrera. Además de contar decenas de interesantes episodios de su estelar trayectoria como intérprete y de comentar sus relaciones profesionales con infinidad de figuras de Hollywood, Kirk deja constancia de su faceta como coleccionista incansable de amantes famosas, de su carácter iracundo y de la actitud distante que mantuvo durante la Caza de Brujas.